Lo ocurrido en Honduras con Ricky Martin reitera que el odio a la diversidad sexual no ha desaparecido en Latinoamérica
Por Elizabeth Araujo para El Nacional
«El solo hecho de que un hombre admita en público su homosexualidad y confiese que vive en pareja con otro es algo demasiado bochornoso para una sociedad decente como la hondureña». El pastor evangélico que lanzó el anatema contra Ricky Martin, para impedir el show del artista en Tegucigalpa el viernes 16, no hizo más que reiterar un viejo temor que aún subsiste en Latinoamérica Más moderados pero en similares términos, otros voceros religiosos expresaron su repudio por la gira del boricua. «No nos oponemos a las preferencias sexuales del artista, eso es parte de su vida privada, pero sí al mensaje que trae porque no es ejemplo para la familia», dijo el presidente de Confraternidad Evangélica, Alberto Solórzano, en carta al Gobierno, en la que afirma que Ricky Martin posee un mensaje contradictorio porque «con una mano promociona la ayuda humanitaria a una fundación que trabaja para la niñez y con la otra modela conductas que promueven antivalores, que atentan contra esa misma niñez que pregona apoyar». Continuar leyendo